Ubicada al norte de la provincia de Castellón, en la comarca del Bajo Maestrazgo, Peñíscola es una de esas localidades singulares que preserva un toque de la magia de épocas pasadas en cada rincón y plaza de su antiguo barrio.
Este núcleo histórico, excepcionalmente posicionado sobre un tómbolo que se adentra en el mar, cuenta con calles adoquinadas, plazas que evocan la tranquilidad del Mediterráneo, casas blancas encaladas, ermitas dedicadas a vírgenes y murallas que han resguardado y sido testigo de la llegada de figuras destacadas como Jaime I, el Papa Luna, Felipe V, y más recientemente, personajes como Alfonso XIII, Sofía Loren y Pepe Isbert.
Peñíscola, pequeña pero acogedora, guarda en sus rincones belleza e historia.
Algunos de los lugares que no te puedes perder son:
El Castillo de Peñíscola, ya que tiene un origen templario, fue sede Papal cuando el Papa Luna vivó en el mismo castillo en el año 1411 y por supuesto no te puedes perder sus maravillosas vistas.
No te puedes ir de Peñíscola sin ver su Faro, el cual representa toda la historia de marinera a lo largo de los años.
Disfruta de sus kilómetros de playas y de sus calas más escondidas.
Además de disfrutar de atardeceres espectaculares desde el castillo de Peñíscola, está muy bien ubicada para poder visitar otros ñugares de interés que encontrarás a pocos kilómetros.
Como Morella, una ciudad con historia medieval.
Si te apetece visitar un lugar declarado Bien de Interés Cultural no te puedes perder Sant Mateu, viaja al pasado mientras caminas por sus calles y descubre todos sus secretos.
Su clima y meteorología no te dejará indiferente. Peñíscola, situada a tres metros sobre el nivel del mar presenta una temperatura elevada en verano para poder disfrutar de las playas dejando las visitas y recorridos para cuando el sol no esté tan en auge.
Y como no, no puedes irte de Peñíscola sin probar nuestros platos en NACRA brunch & drunch, los cuales te harán ponerle una guinda final a tu viaje.